Miedo: “1. m. Perturbación
angustiosa del ánimo por un riesgo o daño real o imaginario.
Muchas personas creen que el
miedo es aquello que tienes que alejar de tu vida. Entrenar durante años y
convertirte en el mejor lanzador de peso, el que gana competiciones y consigue
la medalla de oro en los JJOO casi sin despeinarse. ¿De verdad es necesario alejarse
del miedo?
Personalmente, no sólo creo que
no sea necesario, sino que además es contraproducente. Estoy convencida que
aquella pesa que dejas escapar de tus dedos, a mitad del vuelo y cuando tu ya
estás de espaldas mirando un nuevo horizonte, se convierte en un boomerang. Un
boomerang que vuelve y toca tu ser, retorciéndose entre tu piel, creando nuevos
miedos arraigándose en todo aquello que puedes llegar a dar. Convirtiéndose así
en la fuerza más poderosa del mundo. De tu propio universo. Un miedo que se
muda de lugar para convertirse en la capa invisible que te rodea. Una tela
invisible, negra, tupida… Indestructible.
El miedo tiene que ir de tu mano.
O tú tienes que ir de la mano del miedo. Cogerlo cuando más te asusta. Hacerlo
fuerte. Una de las maneras es aliarte con las lágrimas que éste provoca, las cuestiones
de tu mente, las pocas ganas de vivir. Alíate y atrapa tu propio miedo con las
manos, sin vacilar ni un solo instante. Es la única forma de vencerlo,
dejándote ayudar por él. Necesitamos sentir la sensación de miedo para poder
avanzar en la vida. No lo sueltes… En cuanto lo hagas te caerás, tropezarás en
el mismo obstáculo que te pone día a día. Haz que sea el amigo que te ayuda a
coger carrerilla para saltar la valla de metal que tienes en una carrera de
100 metros valla. Y cuando consigas acabar, sigue con él de la mano. Entonces
será tu mejor aliado. Para siempre.
Siempre me he imaginado el miedo
como aquel humo que se forma en la cocina el día que decides tirar la casa por
la ventana y cocinar langostinos. Sólo se disuelve con un buen extractor, pero
una vez disuelto tienes la recompensa de haber aguantado minutos de humo espeso
rodeándote. El extractor… esa fuerza que
sacas para absorber a aquello que más temes. Aquel poder que tenemos todos en
respirar nuestro propio miedo y transformarlo en un ave fénix. Un fénix que no
eres más que tu mismo.
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